Reflexión para los padres

Como dice el Evangelio de Juan: “EDUCAR para VIVIR Y EDUCAR para CONVIVIR”, nos debe llevar a reflexionar que todos somos responsables de educar, todos, todos los que estamos aquí, con la palabra, con el ejemplo; y somos responsables de educar para la vida para que esta vida entre en contacto con cada uno de nuestros niños y jóvenes, que les muestre la alternativa de la fecundidad, porque la vida es fecunda.

Que nos vayamos con esto: cultura de la vida, cultura de la apertura a los demás, la vida es como el agua que cuando sale de sí misma fertiliza la tierra, y como dice la Biblia hace crecer a las orillas de esos ríos de agua, árboles frondosos de vida. No renunciemos a eso, pero eso sí, esto no se hace con palabras, se hace con TESTIMONIO. Sabemos que esto es duro, porque aquél que tiene la RESPONSABILIDAD de EDUCAR, todos nosotros, siempre se lleva una cruz, pero una cruz que fecunda, una cruz que da vida a los demás y ensena a crecer.
Vayámonos a casa con este deseo de abrir nuestro corazón para que salga vida constantemente que enseñe a vivir, levantemos a aquel que está priosionero de su rigidez y acerquémoslo a la vida y al convivir.
Enseñemos que la mansedumbre es mejor que la agresión, que el diálogo es mejor que la crispación, que es respetuoso escucharse mutuamente y es mejor que el insulto; y estaremos sembrando en estos corazones la VIDA. Así iremos educando para vivir y educando para convivir.